Mostrando entradas con la etiqueta Ezra Pound. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Ezra Pound. Mostrar todas las entradas

martes, 2 de octubre de 2018

Día 36















1 de octubre

Cuando uno es una persona aficionada a los cambios y a comenzar las cosas una y otra vez por simple placer (por el simple hecho de (re)crearlas y reconfigurarlas; o quizás para otorgarles la posibilidad de convertirse en otra cosa), entonces uno corre el riesgo de, por ejemplo, estar en medio de la escritura de una novela (pongamos) y de repente, en un momento dado, pensar que tal vez podría quedar bien un cambio de forma. Y es ahí, en ese preciso instante, cuando todo se va al carajo. Porque te das cuenta de que, sí, lo vas a hacer. No lo podés evitar. Sin duda vas a volver al principio y vas a reescribir todo, o casi todo, para ver cómo quedaría el resultado aplicando la nueva idea que se te ocurrió. Y así sin más volvés a empezar. Total, qué importa. Lo importante, te decís para justificarte, es el proceso y no el resultado final. Qué más da si terminás un poquito más tarde. Y para sentirte tal vez un poco menos culpable, citas aquella frase que escribió Cesare Pavese en El oficio de vivir: "La única alegría en el mundo es comenzar. Es hermoso vivir porque vivir es comenzar, siempre, a cada instante".
Pero en realidad no necesitas justificarte. Porque como ya dijo el gran Ezra Pound "el artista está siempre empezando". Así que allá vamos. Hay ciertas cosas que no se pueden remediar.

viernes, 10 de agosto de 2018

Día 29

2985

10 de agosto

Han sido muchas las veces en que algunos allegados han criticado en mí cierta tendencia que tengo hacia los cambios. «Vos siempre estás cambiando», me dicen. «¿No te cansas de cambiar todo el tiempo?», me preguntan. 
Es cierto que los cambios siempre asustan y, al parecer, la gente que me rodea se siente amenazada por esta tendencia mía. Pero después de reflexionar bastante sobre el tema, y quizás un poco para tranquilizarlos, he llegado a la conclusión de que en realidad no es que esté yo todo el tiempo cambiando, sino que, más bien, lo que hago es estar comenzando. Comienzo las cosas una y otra vez. Y como comenzar no es repetir, porque cuando comenzamos estamos obligados a empezar desde cero, parece que estoy todo el rato haciendo cosas diferentes, y cambiando. Pero no, comenzar no es lo mismo que cambiar. Comenzar, me atrevería a decir es avanzar, es crear y descubrir. Y yo, siguiendo un poco aquello que decía Ezra Pound en su ensayo-artículo "How I Began" de que "el artista está siempre comenzando. Cualquier trabajo artístico que no sea un comienzo, una invención o un descubrimiento tiene poca valía", lo que hago es estar siempre comenzando. Comienzo todo, todo el tiempo. Sin ir más lejos, creo que comencé el primer capítulo de la novela una doscientas cincuenta veces y, hasta ahora, pasar al segundo parece ser una empresa imposible. Pero no me preocupa porque sé que cuando lo empiece, lo volveré a empezar varias veces más y, estoy seguro, se me volverá a acusar de que estoy siempre cambiándolo, pero lo que en realidad estaré haciendo (como hacen los artistas, según Pound) es estar siempre comenzando. Así que a aquellos que me acusan de cambiante les digo que la próxima vez que me mude de ciudad, o que cambie de ideas o de trabajo, no será, como ellos creen, porque tenga cierta tendencia al cambio, sino porque soy un artista y, como buen artista, siempre me preocupo por estar comenzando, inventando o descubriendo para ver si mi obra pueda llegar a tener alguna vez cierta valía.

Y ahora me voy para así poder comenzar algo, cualquier cosa, para darle forma de obra de arte.