Mostrando entradas con la etiqueta Cesare Pavese. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Cesare Pavese. Mostrar todas las entradas

martes, 2 de octubre de 2018

Día 36















1 de octubre

Cuando uno es una persona aficionada a los cambios y a comenzar las cosas una y otra vez por simple placer (por el simple hecho de (re)crearlas y reconfigurarlas; o quizás para otorgarles la posibilidad de convertirse en otra cosa), entonces uno corre el riesgo de, por ejemplo, estar en medio de la escritura de una novela (pongamos) y de repente, en un momento dado, pensar que tal vez podría quedar bien un cambio de forma. Y es ahí, en ese preciso instante, cuando todo se va al carajo. Porque te das cuenta de que, sí, lo vas a hacer. No lo podés evitar. Sin duda vas a volver al principio y vas a reescribir todo, o casi todo, para ver cómo quedaría el resultado aplicando la nueva idea que se te ocurrió. Y así sin más volvés a empezar. Total, qué importa. Lo importante, te decís para justificarte, es el proceso y no el resultado final. Qué más da si terminás un poquito más tarde. Y para sentirte tal vez un poco menos culpable, citas aquella frase que escribió Cesare Pavese en El oficio de vivir: "La única alegría en el mundo es comenzar. Es hermoso vivir porque vivir es comenzar, siempre, a cada instante".
Pero en realidad no necesitas justificarte. Porque como ya dijo el gran Ezra Pound "el artista está siempre empezando". Así que allá vamos. Hay ciertas cosas que no se pueden remediar.

jueves, 26 de abril de 2018

Día 11















26 de abril

«No sé qué mundo yace al otro lado de este mar, pero cada mar tiene otra orilla, y llegaré». 
Cesare Pavese. El oficio de escribir.

Hoy me desperté así de optimista. Me dije que seguramente hoy escribiría alguna página más, avanzaría quizás unas pocas brazadas, pero avanzaría. A pesar de que el día está gris y frío no me desanimo. Escribo esto con la intención de, inmediatamente después, seguir nadando hacia esa otra orilla que sé, como Pavese, que allá está esperándome... y llegaré.