lunes, 27 de febrero de 2023
Ojos de vinilo
lunes, 14 de febrero de 2022
Método Patchwork
Método Patchwork
Leo de pie, junto a la biblioteca. El niño duerme contra mi pecho, embutido en un artefacto tan extraño como práctico que se llama mochila de porteo. Él duerme y yo me balanceo para que no se despierte, y leo al ritmo de ese balanceo. Leo en silencio, claro. Una página, dos, a veces incluso tres. En los últimos tiempos me acostumbré a leer así, de pie y fragmentos sueltos, retazos de obras, casi siempre de obras distintas. El oficio de padre, por ahora, no me permite leer mucho más. Ya no tengo tiempo de sentarme a leer horas y horas como antes. Así que leo así.
Leer de pie no es tan raro como escribir de pie. Se dice que Hemingway escribía de pie, delante de su máquina de escribir. Eso sí que es un poco más raro, me parece. No tengo ni idea por qué escribía de pie. Tampoco sé si también leía de pie. Pero leer de pie es algo normal. Sobre todo si son lecturas cortas. La gente suele leer de pie en la biblioteca, por ejemplo.
Decía antes que los fragmentos que leo son casi siempre de obras distintas. Tengo la costumbre de nunca abrir el mismo libro que la última vez. No me interesa, en este momento de mi vida, mantener una continuidad en lo que leo. Prefiero leer así. Es una especie de cata, de degustación de diferentes estilos. Y esos retazos, esos fragmentos que en un principio pueden parecer muy diferentes entre sí, se unen, se ensamblan hasta conformar una especie de patchwork, algo así como una novela Frankenstein. Por eso, y por cierto afán catalogador que tengo, me decidí por llamar a esto, a este modo de leer de pie fragmentos de obras diferentes, "el método Patchwork de lectura". Un método que en definitiva lo que me permite es mantener vivo el hábito de la lectura (ya que no puedo mantener el de escritura). Leer, al fin y al cabo, es también escribir, pienso. Sobre todo si lo hago siguiendo este nuevo método patchwork de lectura, con el que, me doy cuenta, puedo ir escribiendo las historias mentalmente, hilando esos retazos entre sí, ajustándolos a mis necesidades creativas. Puedo trazar el plan novelesco mentalmente; construyéndolo, dándole vida a ese monstruo, a ese Frankenstein literario. Es esto, en definitiva, un desesperado intento de no alejarme de la literatura, de no ser sólo un padre que se balancea con su hijo colgado contra el pecho, ese hijo que ahora le ha llenado de baba la camisa a su padre. Esto también forma parte de la historia que creo mentalmente, y constituye un fragmento más para añadir al monstruo literario. El producto final lo desconozco, pero me doy cuenta de que no necesito un producto final, lo que necesito es una historia que no acabe nunca. Un patchwork infinito. Y por supuesto, siempre, un final abierto.
viernes, 13 de agosto de 2021
Roma vs Buenos Aires - (poemita nº2)
Roma apestaba cuando llegué
se me antojaba sucia,
oscura, asquerosa.
Inevitablemente
la comparaba con Buenos Aires
y me faltaban cosas
siempre.
No había nadie en los semáforos
pidiendo.
No había quioscos abiertos
hasta altas horas
todo cerraba demasiado temprano
demasiado temprano la noche
impertinente
golpeaba el cristal de mi ventana
y me pedía entrar.
Se comía demasiado temprano.
Se salía demasiado temprano.
Se dormía demasiado temprano.
Las piedras esas, tan admiradas,
me parecían inútiles elementos diseminados
por una ciudad vieja
y punto.
No había misterio, no había historia
detrás de todo aquello
solo el vació y el eco y los gatos
y las ratas que comían de la basura
amontonada junto a los contenedores llenos.
Las callejuelas estrechas
me aterraban
y siempre miraba por encima de mi hombro
cuando escuchaba pasos
detrás de mí.
Pero no había peligro
solo las sombras que me acompañaban,
vestigios de mi vida pasada
en una ciudad más violenta.
Hoy, en cambio, la luz
que se cuela entre las ruinas, hoy la música
por las calles de Trastevere
hoy aquel departamento
en el barrio San Lorenzo
y las plazas y los bares.
Hoy el empedrado, el río
hoy la pizza cuadrada y el café de pie
en la barra
hoy la convivencia entre los gatos y las ratas
y los gritos de los romanos
y de las romanas
hoy Quer pasticciaccio brutto de via Merulana.
Hoy, lo sé,
todo fue por la nostalgia.
jueves, 5 de agosto de 2021
Rolito - (poemita nº1)
Rolito
cubito de hielo
¿Adónde fueron a parar tus huesos
después de cruzar
la triple frontera
brasil paraguay argentina
para traer de contrabando
diez mil dólares
en el baúl de un escarabajo
destartalado
pero tan adecuado
a tu estilo,
tan ridículo como vos?
Llegaste ansioso a la frontera
desesperado por comprar
todo barato
todo bonito
antes de cruzar;
cosas que atesorar en algún rincón
de tu guarida llena de cachibaches
que nunca usás
pero que tanto te gusta
exhibir.
Compraste whisky, puchos,
baratijas para tu casa
de barrio esplendoroso.
Qué poco dejás a tu paso, Rolito
frío frialdad frivolidad
siempre frito por ser alguien
el dueño de la pelota
pero te equivocaste de camino
¿no lo ves?
Ya se te acaba la gasolina, Rolito
quedarte por el camino
es lo de menos porque siempre
se puede seguir a pie
lo peor es el calor
y te aterra no llegar
a tiempo a tu heladera.
Pero no hay remedio ya
para tu enfermedad terminal
se terminó, Rolito
te derretís.
Pasará, pasará pero siempre quedarán
todas esas cosas
que dejaste en herencia
¿a quién?
Dejás que el agua
en que te convertís ahora
lo inunde todo.
Y te vas.
Good bye.
viernes, 21 de mayo de 2021
Día 78
¿Es un pájaro?, ¿es un avión?
Por un momento, parece como si el tiempo se ralentizara. Puedo ver cada detalle, cada movimiento con claridad. Veo cómo atraviesa la habitación; el modo en que da vueltas y se dirige hacia mí, mientras yo estoy inmóvil, sin poder reaccionar.
Me sorprendió a contrapié, mientras corría alrededor de la mesa en un intento inútil por escapar. Ella supo anticipar mi movimiento, supo ver hacia dónde me dirigía. Siento una gran admiración por esa habilidad suya. Es como un superpoder que tiene. Ahora no hay nada que yo pueda hacer para evitar el golpe certero. Así que me resigno y espero. Y mientras espero, lo observo todo para intentar grabar en mi mente todos esos movimientos. Quiero ver cómo lo hace, aprender de ella. Mañana, cuando esté más calmada, quizás se lo pregunte. Tal vez ella me cuente cuál es su secreto. Quiero saber cómo hace mi madre para arrojar la chancla con esa precisión.
miércoles, 21 de abril de 2021
Día 77
21 de abril
"Si no entiendes algo, puedes hacer que signifique cualquier cosa". Chuck Palahniuk
"Porque entender puede ser una condena. Y no entender, la puerta que se abre" E. Vila-Matas.
Yo no entiendo nada y por eso hago que esto signifique cualquier cosa, como por ejemplo: que hay conexiones en la literatura que nunca voy a entender, pero que son unas puertas abiertas de par en par por las que entro sin pedir permiso.
sábado, 6 de marzo de 2021
Día 76
VOCES EN LA NOCHE
El Escritor Que Hay En Mí me despertó en mitad de la noche. «Despertate», me susurró al oído, «tengo una idea para un cuento». Yo estiré la mano hasta la mesa de noche y miré la hora en el teléfono. «¿Te das cuenta de la hora que es? Son las tres de la mañana. Si se despierta el bebé te destierro», lo amenacé. «Pero es que la idea es muy buena», me dijo, alegando que ya no se nos ocurrían ideas tan buenas y que no le gustaría dejarla escapar. Tuve que levantarme y llevármelo al baño para poder hablar más tranquilos. Intenté ser comprensivo con él. «Ya no estamos para estas cosas», le dije, «antes podíamos permitirnos despertarnos en mitad de la noche y ponernos a escribir un rato, pero ahora...». No quise seguir. Me sentí mal cuando vi su cara de tristeza. «Escribir lo es todo para mí», me dijo. «No me vengas con esas», repliqué susurrando, pero ya un poco más enojado. «Si escribir lo es todo para vos, por qué no dejás de ver tanta serie en tus ratos libres y te sentás delante de la máquina a escribir». Creo que mi respuesta lo ofendió porque de repente se giró y volvió a la cama a fingir que dormía. Al otro día no me dirigió la palabra. Eso sí, cuando cayó la noche y el bebé se durmió, sin mediar palabra, se sentó a ver varios capítulos de una serie, pero no dejó que se le hiciese demasiado tarde. Creo que estaba cansado. Al día siguiente ya me volvió a hablar, aunque no tocó más el tema de la escritura. Lo entiendo, es un tema delicado para ambos.